11.5.05

Soy inmenso, contengo multitudes

Cuadernos cifrados, metáforas encerradas en una jaula, palabras que no encuentran su destinatario. Son mensajes que no tienen sentido si el fin del lenguaje es la comunicación entre seres humanos. Puede que cuando leáis, o apenas paséis por aquí, penséis "qué tontería, esto no lo entiende nadie. Correcto, aunque no del todo preciso. Yo sí lo entiendo. Y eso basta.Aún no sé qué impulso es el que me lleva a publicar unos pensamientos que repito obsesivamente en mis diarios en papel, yo, que incluso en una entrevista para la televisión abomino de los blogs de carácter personal. Pero sí, soy contradictorio, como decía un poema de Whitman, porque en mí conviven muchos hombres, para lo bueno y para lo malo (a eso se refiere el título, que es un verso del poeta americano. Mi narcisismo no llega a tanto aún como para creerme "inmenso". No tendría ni que poner esta aclaración, perros). Soy el decadente humanista que escribe Cisne Negro. Soy el bastardo que escribe dos blogs secretos para librarse de las culpas que le persiguen. Soy el imbécil que se siente solo cuando ve a todas las parejitas que salpican de amor los paseos de primavera. Soy el soñador que construye castillos en el aire y que su propia autoestima se encarga de derribar. Soy una cabeza llena de lava, de pájaros de fuego, de ceniza, de serrín. Soy una entelequia. Soy. No soy. Palabras vacías, frases de rutina que llenan el vacío... el horror vacui de la página, del procesador de textos y de la vida. ¿Por qué escribo cada noche en la agenda, como si fuera un condenado a muerte? ¿A quién quiero dejarle ese testimonio? "Lego la nada a nadie", decía Borges, consciente de lo terrible de esa decisión y de una que ya está tomada desde que nacemos. Otro verso del lúcido maestro argentino, del poema "Un poeta menor en una antología", o algo así -cito de memoria, y soy malísimo para citar de memoria; por no recordar, no recuerdo ni mis propios poemas-: "La meta es el olvido. Yo he llegado antes." No es mal epitafio, ahora que lo pienso (hace poco una amiga jugueteaba con el suyo). Qué nos queda más que esa nada, y yo soy esa nada, yo encarno esa nada, porque no tengo nada, porque aunque pretenda hacerlo, no lo puedo hacer.
Suena: Alamaailman Vasarat - Vasaarasia.

4 comentarios:

Brianda dijo...

Yo soy de la opinión de que uno no debería jugar con su epitafio si no es para reirse un poco de la muerte...
Y algunos, que sí te leemos, no pensamos eso. No sé si lo entendemos, puede que tan sólo se trate de una compresión subjetiva, pero eso son las palabras al fin y al cabo. Sólo palabras. De todos modos, ¿acaso importa? :)

Rorschach dijo...

Quizás la comprensión se rige únicamente por los datos de los q disponemos. Yo los tengo y puedo decir q te entiendo. Pero aunque no los tuviera lo seguiría haciendo, pq de lo q aquí hablas son de sentimientos y para eso no se necesita ninguna traducción.
Y tb está el tema de compartirlo, pq hace tiempo yo mismo podría haber escrito algunas de estas líneas.

Pero puede q tenga mucho sentido si los vemos como mensajes en una botella, partes de tu alma q vagarán por el mar hasta q alguien lo recoja.

Y realmente somos alguien de entre esa multitud?

En fin apañero. Un abrazo

PD: Y pq leches te has visto obligado a hacer esa aclaración?

Anónimo dijo...

Yo si que lo entiendo, no desde el mismo punto de vista que tú, pero algo sí. Es mejor escribir y vomitar tus sentimientos que callarlos para siempre. Pero tampoco te atormentes.

Juan Planas Bennásar dijo...

«No feliz viaje, sino adelante, viajeros» - Eliot, aunque versionando el Bhagavad Gita...

Saludos

Fx

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