23.12.09

El último vuelo del Fénix Negro (IV)

Una vez volviendo del instituto a casa, le comenté a un amigo que V. me recordaba a mi madre. No sé por qué lo dije; V. realmente no se parecía a mi madre. De hecho, fue otra de esas chicas de las que me enamoré y no podría decir por qué: no era especialmente guapa, ni tenía un cuerpo que llamase la atención, y sus hábitos de ocio no coincidían prácticamente en nada con los míos. Pero sí, me enamoré, y ella también lo supo, e incluso le hice algún poema también, pero eso no fue óbice para que el resultado fuera distinto a los anteriores. Una de las razones por las que seguí en el grupo de catequesis de confirmación fue ella. Era alegre, divertida, e incluso alguna vez llegó a venir a mi casa con una amiga para pasar el rato y hablar (algo que me sorprendió bastante, todo hay que decirlo). Pero con V., con el tiempo, vi que no teníamos nada que ver, y de hecho me alegro de que fuera un nuevo rechazo para mi colección. Lo mejor estaba por venir.

22.12.09

El último vuelo del Fénix Negro (III)

Dicen que un clavo saca a otro, y puesto que S. nunca llegó a ser más que un amor platónico, al empezar bachillerato, y hacer borrón y cuenta nueva de todo lo que sabía, apareció N. Me pongo a pensar ahora qué me gustaría de ella, y no logro entenderme. Era rubia, torcía la boca con un particularísimo gesto de displicencia cuando algo no le gustaba; cuando quería -cuando quería- era muy agradable, y tocaba el piano, algo que tenía su misticismo (he acabado por intentar que las chicas a las que persiga no sepan de música, algún día quizá explique por qué). N., naturalmente, fue también impermeable a mis quebrantos, pero esta vez, quizá porque iba aprendiendo de mis fracasos, quizá porque era algo mayor que antes, le hice saber mis sentimientos. Eso sí, a mi manera, esto es, de forma ñoña y obsoleta. Recuerdo que le di unos poemas escritos a mano, que intentaron ser lo más francos y románticos posibles; recuerdo que también, para intentar conmoverla aún más, deslice unas gotas de agua por encima de la tinta, intentando hacerlas pasar por lágrimas. Evidentemente, la triquiñuela no resultó. Incluso llegué a decirle que era mi musa, a lo que no pudo más que troncharse en mi cara. Pero lo peor no fueron esos rechazos más o menos sonoros, sino más bien el síndrome que todos los despechados hemos vivido: el síndrome "¿por qué le gustará ese imbécil y no yo?". N. terminó por esos años saliendo con un chaval que estudiaba en el bloque contiguo al nuestro, el de FP, nuestros "enemigos naturales". No podía entender qué podía ver en un tío primario y simple como aquel, pero fue su decisión. Así que finalmente, mi mente voló hacia otros páramos...

20.12.09

El último vuelo del Fénix Negro (II)

Han pasado ya muchos años: me enamoré de S. (¿me enamoré realmente? Supongo que puedo decir que sí) y durante años silencié mi pasión. Son cosas que siempre se acaban sabiendo, y supongo que mis desvelos debieron llegar a sus oídos: algo que simplemente, supongo, intentó sobrellevar con resignación. Pero lo cierto es que esa chica delgaducha, algo mal educada, y de pelo corto, ocupó mis pensamientos hasta llegar a bachillerato. Me recuerdo a mí mismo rezando porque coincidiéramos un año más en clase, súplicas que, si bien fueron escuchadas varias veces, nunca llegué a aprovechar. Al fin y al cabo, yo era alguien gris, que pasaba completamente desapercibido: uno de esos chicos que estudian, no se meten en problemas, no hacen deporte, no llaman la atención. Así que todo quedó en eso: como la chica en la que pensaba mientras lentamente se deshojaban las últimas flores de mi educación primaria...

19.12.09

El último vuelo del Fénix Negro (I)

Se llamaba V., apenas recuerdo nada más de ella. Sé que estábamos en primero de EGB, que era castaña y tenía la piel pálida, pero nada más. Sé que se cambió de colegio y que nunca la volví a ver. Lo que más recuerdo de ella es un sueño en el que ella cantaba una canción inventada que incluía mi apellido, que es como todos me llamaban en aquel tiempo. Es más, no recuerdo tanto el sueño como a mí mismo recordando el sueño, de la mano de mi madre, yendo de compras, cerca de un gran mercado tradicional de Palma. La memoria arrasó esa bahía hace mucho tiempo.

18.12.09

El último vuelo del Fénix Negro (Prólogo)

Voy a dar por concluida, al menos hasta nueva orden, la singladura de Fénix Negro. Este blog ya no es necesario en mi vida, por lo que no tiene sentido proseguirlo. Antes de ello, no obstante, y azuzado por la lectura, fantástica lectura, de Libro del mal amor, voy a terminar el blog con una serie de posts literarios. A mi me corresponderá fabular, literaturizar, exagerar o deformar lo que realmente fue; al lector, discernir lo que fue de lo que nunca será.

Suena: Medicine - Wash Me Out

4.9.09

Evidencia

Si alguien aún pasa por aquí y se pregunta por qué no hay actualizaciones, es fácil. Porque soy feliz. Comprenderéis que todos salimos ganando en ello, incluso por el hecho de no tener que leer este blog.

Suena: Katatonia - Will I Arrive.

13.7.09

La última cicatriz

Después de años de miseria sentimental, cuando ya había llegado a un momento en que me sentía cómodo con mi situación, viviendo a mi aire, disfrutando de las posibilidades de una casa de soltero, con todo lo que ello implica, llegó, casi por sorpresa, aquello que ya ni esperaba. No sé a dónde irá, ni cuánto durará, pero me siento bien. Es raro sentirse así en ese aspecto después de tantos años solo. Claro que echaré de menos lo que viví en estos últimos meses...

Suena: In Mourning - Amnesia.

5.6.09

Vida en los libros

Nos llamaron porque había que vaciar la casa de Luis. No era plato de buen gusto para nosotros, especialmente para E., pero yo veía que era algo necesario: si no nos llevábamos todos los libros que pudiéramos, se perderían. La universidad no se hacía cargo de ellos (es una vergüenza infame que la facultad donde tantos años trabajó Luis no tuviera los santos cojones de poder acoger, no una biblioteca de saldo, sino el fondo de un profesor de universidad...) y los nuevos propietarios de la casa no querían nada de lo que hubiera dentro cuando entrasen.
Cuando llegamos y entramos en su biblioteca, confieso que me temblaron las piernas. Era una sensación muy extraña ir recogiendo los libros, pensando en cuánto le debió haber importado todo aquello a Luis. Emocionado, E. no pudo evitar echarse a llorar : Había encontrado el libro que le regaló tras su viaje a Istambul. Yo encontré el trabajo que M. y yo le hicimos hace diez años sobre Calvin y Hobbes y que fue el germen de tantas cosas. Cogimos todo lo que pudimos, primero selectivamente y luego ya sin mirar, cada vez más convencidos de que estábamos preservando algo mucho mayor que nosotros.
Al volver a casa y descargar todas las cajas y bolsas de libros, los fui revisando uno por uno, y un cúmulo de sensaciones me invadió. Tristeza, por todo lo que la situación implicaba; alegría, al volver sobre los recuerdos gratos de algunos libros, algunos autores; una mezcla de pena y nostalgia al constatar que algunos de aquellos mismos libros que él nos había traído en clase hace ahora unos siete años, estaban ahora ahí, entre mis manos (quién me lo habría dicho en ese momento...), y la sensación de tener en casa un pequeño tesoro. A medida que hacía pilas y pilas de libros, sin saber muy bien cómo los podría tener en casa, me sentía como un personaje de Paul Auster, tremendamente afortunado por poder ahora guardar el legado de Luis en forma de pasión impresa. Organizados por materias, había literatura hispanoamericana, un gran fondo de Rubén Darío (ediciones de los años 20 de sus obras), del que era experto; literatura italiana, literatura inglesa, clásicos de aventura, sección de espiritualidad, cómic y teoría del cómic... Toda una vida en libros.
Me asalta la idea de leer cada uno de ellos, hasta completar el total, a sabiendas de que, al haber leído lo que Luis, algo más de él quedaría en mí.

Suena: Manolo García - Una tarde de sol.

29.4.09

Cuando la suerte qu’es grela
fayando y fayando
te largue parao...
Cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao...
Cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol...

Cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
La indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
recién sentirás.

Verás que todo es mentira
verás que nada es amor
que al mundo nada le importa
Yira... Yira...

Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.

Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao,
después de cinchar,
lo mismo que a mí...
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
te acordarás de este otario
que un día, cansado,
se puso a ladrar...


24.4.09

Al final llegó lo irremediable. E. y yo fuimos a Son Valentí a despedirnos de él, con un poso amargo en el alma por no habernos interesado por él en los últimos meses. Me sabe tan mal... Pero ya no puedo hacer nada; sé que él sabía cómo somos y lo que sentíamos por él y que no nos lo tuvo en cuenta. No quiso funeral, y en el velatorio, supongo que más por los que quedan aquí que por él, un sacerdote (de esa misma religión que... bueno, me callaré por respeto esta vez) hizo una breve ceremonia. Mientras oía de fondo la salmodia, yo hacía un repaso por lo que compartí con él. Desde la primera clase suya a la que asistí, en la que se burlaba de su propio nombre de telenovela, pasando por las tardes en su despacho, su sudadera de Calvin y Hobbes, las comidas en la universidad, las veces que fuimos a verle a casa, su humor, su extraordinaria capacidad como lector todoterreno... Como si fuera una película, fui rememorando todo lo que habíamos vivido con él en estos últimos diez años. Luego, una amiga leyó un poema, tal como él había dispuesto. Incluso en eso pensó, y no podía ser algo más suyo (lo tenéis en el Cisne). Fue un ejemplo de persona y un modelo en todo: en sus clases, en la manera de disfrutar de la vida, de luchar por ella. Un ejemplo en todo.

Nos dejó el día del libro, como no podía ser de otra manera. Se fue como los grandes. como Shakespeare, como Carpentier. Hoy los que estamos aquí nos quedamos un poco más solos, pero su ejemplo vive en nosotros, vive en mí, y quiero para mí y para los míos que su espíritu tenaz y generoso viva en nuestra memoria, pero sobre todo en nuestras obras. Porque Luis hizo de éste un mundo mejor del que se encontró, estoy absolutamente convencido.


Suena: Eluveitie - Omnos.

12.3.09

30 para los 30

· C, aunque nos pasemos la mayor parte del tiempo discutiendo.
· B, es un placer trabajar y crear con él.
· E, lobo solitario, que me demuestra que la amistad no entiende de distancias ni años.
· MM, mi primer amor y desengaño.
· J, poeta y compañero de trabajo ideal.
· A/M, otro enigmático paso en el camino.
· L, que se empeña en aparecer y desaparecer.
· P, compañera de fatigas universitaria y amiga en la distancia.
· MC, a la que echaré mucho de menos cuando se jubile.
· R, a la que le habría dado todo.
· JMA, el último romántico de la ciudad.
· JP, una de las únicas personas de mi carrera que demostró estar enamorada de la literatura.
· TF, por sus clases de literatura.
· T, viejo amigo y compañero, con el que he compartido tanto y tanto.
· MdC, porque sólo hay una.
· M, cuya amistad aprecio mucho y cuyos gustos musicales me han hecho lo que soy.
· A, amigo, compañero, y ahora también familia.
· T, por enseñarme que se puede envejecer y seguir siendo niño.
· J, que a pesar de no ser perfecto, me dio algunas pautas para ser una persona honrada.
· P, que fue como una canción de Led Zeppelin.
· T/P, por su bondad, su paciencia y su humor.
· LM, profesor, amigo, ejemplo de vida.
· J, que se merece el cielo y mucho más de lo bueno que era.
· A/P, reflexivo amigo.
· ED, se fue sin despedirse, amigo de ultramar, idealista. Te echo de menos.
· LL, no supimos amarnos a tiempo. Tu sonrisa iluminaba el día.
· L/K, que siempre está ahí, toda dicharachera.
· A, por ser como fue. Y por los donuts que me traía.
· L, por su manera sana y libre de ver la vida.
· Y a tantas mujeres que nos entregaron su carne en el celuloide y de alguna forma ya son inmortales. A todos y a muchos más que no cito por aquello del número os llevo en el corazón.

Suena: Coldworld - Winterreise.

12.2.09

Avidez de Eternidad

En el trasto este de moda está casi toda la discografía de The Cure online. Rebusco entre lo que escuchar y, en vez del álbum nuevo, vuelvo a Disintegration. Me gustaría poder permanecer con algo parecido a eso: una canción o un poema que la gente llevara dentro de sí como prueba de todo lo hermoso de este mundo. Como Prayers for Rain, o como es inicio arrebatador de Bécquer que dice Yo sé un himno gigante y extraño... Es increíble la capacidad del ser humano para cifrar en palabras, sonidos y colores algo que parece a la vez tan intransferible como el Amor, la Tristeza o simplemente la Belleza...

Suena: The Cure - The Same Deep Water As You

30.1.09

Hope Leaves

Madrugada, una botella de vino, una pantalla, una canción y la traicionera memoria, los traicioneros sentimientos que siempre van a parar al lugar equivocado.

There is a wound that's always bleeding
There is a road I'm always walking
And I know you'll never return to this place

18.1.09

Una taza de tiempo

No he escrito mucho ni leído nada, la verdad es que no sé que he hecho con mi tiempo. Bueno, sí: escuchar mucha música, cansarme de tanto heavy y volver a Vivaldi, a Bach y a Chopin; descubrir las películas online, guiar a un héroe que no aparecía en la Illíada pero sí en Age of Mithology, criar un nuevo resfriado, trabajar en cositas pequeñas que no tienen importancia una a una pero que a la larga marcan la diferencia; añadir puntos a mi habilidad Desesperar por indiferencia ajena... [Offtopic: ¿Puedes calcular cuánto te importó una persona por la fuerza del vuelco que te da cuando sabes algo nuevo de ella? Esto no es sano.]

Suena: Chopin - Nocturno in Sol (Lento).

2.1.09

Objetivos del año (III)

Decíamos en enero...

· Abrir el mercado internacional para EJL. Sacar el segundo tomo a lo largo del año. Por diversos motivos, este año ha sido un poco de inpass para el cómic.
· Intentar focalizar mi "producción" (qué mal suena...). Intentar que me yo concentre en un solo proyecto es como pedir que un elefante pise flojito. No obstante, este año he conseguido un puñado de poemas y algunas páginas publicadas aparte de EJL.
· Independizarme. Mal que bien, conseguido. Tengo mi propia casa.
· Abrir mis míseras perspectivas sociales. Necesita mejorar.
· Volver a intentar los dos últimos objetivos de la lista anterior. Ver último post del año.
· Olvidar. ¡Ah, parece tan fácil! A pesar del regusto agridulce que dejan siempre las navidades, por todo aquello del amor y blablablá, en general podríamos decir que ha sido un buen año. He ganado en tiempo libre lo que he perdido en dinero y estrés, aunque emocionalmente tengo temporadas mejores peores.

Objetivos para 2009
· Acometer de verdad el primer punto del año anterior.
· Conseguir echar a andar algún otro proyecto con cuerpo.
· Hacer algo de ejercicio, joder.
· Convencerme a mí mismo de disfrutar más de las amistades.
· Darme cuenta, como he hecho este año, de cuándo estoy bien, y dar gracias por ello.

Suena: Opeth - Credence.
[Entrada programada #2]

1.1.09

Borrón y cuenta nueva

Como caído del cielo, me topo con que Baudelaire ya lo dijo antes: "Self-purification and anti-humanity". Estas vacaciones he terminado un poco harto de la gente. Especialmente de un 50% de la gente. Así que he decidido empezar el año desconectándome, no sé, digamos quince días. Naturalmente, a su término no habrá cambiado nada, las personas que me ignoran seguirán haciéndolo entonces, pero al menos habré usado ese tiempo en leer y escribir, y seguramente lo habré aprovechado más. (Doscientos posts en Fénix Negro).

Suena: Alex Skolnick Trio - Still Loving You.

Objetivos del año

Decíamos hace un año: · Dejar el tema académico . Centrarse en el cómic. Lo demás no tiene sentido. Publicar algo más de cómic. ¿Lo he c...