Llegué unos quince minutos antes a la exposición de los finalistas del certamen. De un vistazo ubiqué nuestra participación y les dediqué una ojeada a los demás para valorar sus posibilidades. Los de siempre tenían todas las de ganar. Entre los otros finalistas, alguna cosa con méritos, pero la mayoría sin apenas posibilidad de ganar.
Llegó uno de los pesos pesados del certamen, acostumbrado a ganar siempre que se presenta, y que conozco de los tiempos en que CN era fanzine. Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que su novia es la mejor amiga de mi ex cuñado, una chica que he visto mil veces en casa de mi ex novia. En verdad esta ciudad de mierda es demasiado pequeña.
Al leerse el fallo del jurado mi corazón iba a cien. Y sí, ahí estaba: el premio al mejor guión. Algo era algo. No podía competir con los de siempre -el peso pesado había vuelto a ganar-, pero al menos nos habíamos llevado el gato al agua con lo que mejor sé hacer (aparte del vago): escribir.
Para mí lo mejor fue que el dibujante Max me dio la mano y la enhorabuena por el premio. Pude hablar un poquito con él, pero la verdad es que no sabía qué decirle... Al final, volví al trabajo con Manolo y S., que también habían salido del periódico porque él era finalista. Cuando llegamos a la redacción -donde ya sabían el fallo-, tuve la excusa perfecta para poder dar dos besos a N. y a S. ¡Ays...!
Así que de esta manera empezaba el año MMV. V de Victoria.
Llegó uno de los pesos pesados del certamen, acostumbrado a ganar siempre que se presenta, y que conozco de los tiempos en que CN era fanzine. Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que su novia es la mejor amiga de mi ex cuñado, una chica que he visto mil veces en casa de mi ex novia. En verdad esta ciudad de mierda es demasiado pequeña.
Al leerse el fallo del jurado mi corazón iba a cien. Y sí, ahí estaba: el premio al mejor guión. Algo era algo. No podía competir con los de siempre -el peso pesado había vuelto a ganar-, pero al menos nos habíamos llevado el gato al agua con lo que mejor sé hacer (aparte del vago): escribir.
Para mí lo mejor fue que el dibujante Max me dio la mano y la enhorabuena por el premio. Pude hablar un poquito con él, pero la verdad es que no sabía qué decirle... Al final, volví al trabajo con Manolo y S., que también habían salido del periódico porque él era finalista. Cuando llegamos a la redacción -donde ya sabían el fallo-, tuve la excusa perfecta para poder dar dos besos a N. y a S. ¡Ays...!
Así que de esta manera empezaba el año MMV. V de Victoria.
Suena: Dadawa - Voices from the sky.
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