Era de noche y, sin embargo, llovía

Como en aquella cueva de las maravillas donde de día unas estatuas demasiado realistas yacían en un patio excavado en la roca y al atarceder, se convertían en soldados que combatían con unos ghules que finalmente los devoraban, noche tras noche, hasta el final de los tiempos, había heridas que se abrían y volvían a sangrar sólo de noche.
Eran esas noches en las que un gesto, una palabra o una conversación te llevaba a pensar todo aquello que había dejado atrás y que el polvo del camino se estaba encargando de enterrar en la cuneta. Pero los muertos siempre huelen a cadáver, al menos, hasta que ya no hay cadáver.

Suena: Shadow Project - From the Heart.

Medusa

When all you have left are your memories
And diamonds and pearls for company
I'll be sailing to St. Lucia on the ocean breeze
With the moon and my scars for company

In your bedroom you keep an iron cage
Where a blackbird sings her freedom song
For you know the true value of having slaves
They sing the saddest of songs

Medusa you robbed me of my youth
Abandoned me on the tropic of solitude
Seducer of the shipwrecked and forlorn
You told me to undress
Then crowned my head with thorns

Medusa you robbed me of my youth
Abandoned me on the tropic of solitude
Seducer of the shipwrecked and forlorn
You told me to get dressed
Then turned my heart to stone

(Brendan Perry - "Medusa")

Tea for one

Querido amigo, a veces creo que deberíamos olvidarnos de las mujeres. Por completo. No sólo de palabra, como hacemos siempre, sino también de pensamiento, obra y omisión. Hacer borrón y cuenta nueva y ni tan siquiera plantearse si uno busca o no busca, si encuentra o no encuentra: simplemente seguir la vida disfrutando de lo que uno tiene, no lamentando lo que no. Pero ya sé que es difícil, y que, por más que uno quiera, no se pueden evitar todas las situaciones en las que uno preferiría no verse. Así pues, ¿qué hacer? Ni yo mismo lo sé; es más, soy el primero en hablar de una manera y luego actuar de otra cuando llega un momento crítico. Será que la estupidez nos viene de serie a los hombres. Eso, desde luego, es algo que no nos discutirá nadie. Lo cierto es que una mujer sola puede hacer lo que ni los dioses: conseguir que el renegó de la divinidad vuelva de nuevo los ojos hacia ella. Si es que en el fondo, somos débiles.

Suena: Rozz Williams & Gitane Demone - In Every Dream Home a Heartache.

La última cena

Me gustaría veros en persona, silenciosos lectores, hipócritas lectores, mis hermanos, mis semejantes. Compartiríamos una mesa, beberíamos algún cava delicioso, sonaría de fondo Kind of Blue, y nos contaríamos secretos a media voz. Me veríais sonreír al miraros a los ojos y comprobar que una pantalla de ordenador ha forjado algo parecido a una amistad, o quizá más bien un sentimiento que alguna vez fue conmiseración, camaradería o, quien sabe, admiración. Me gustaría hablar con vosotros, deciros "no soy más que lo que véis", que hay Hs, hay Fénixs, hay Cisnes, Jameses, y toda la ristra de identidades, que finalmente dejan la máscara por un momento y se muestran a quien lo ha merecido. Comentaros que no hay una razón en particular para escribir tantos blogs, tantos diarios, tantas líneas que se pierden en el eco de las madrugadas, que no van a ninguna parte más que calmar una necesidad: la de expulsar fuera mis pensamientos. Que tomen vida despúes es cosa suya -sí, de acuerdo, quizá les ayude un poco, pero es que siempre me ha costado dejar las cosas de lado... las relaciones pasadas, los que pensaba que podían ser mis amigos, los proyectos que nunca llegaron a formarse y los que fueron durante un tiempo y nunca sabremos si volverán, por mucho que nos empeñemos en resucitarlos a base de minas antipersonales. Me gustaría charlar con todos vosotros, presentaros unos a otros, observar qué reacción tendría lugar cuando alguno de vosotros conociera a determinado otro (algo así como un "crossover" de amigos, sí, una metáfora estúpida, pero eficaz). Y brindar todos juntos para que, de la misma forma que el azar nos ha reunido en un determinado momento de la vida, seamos algo más fuertes que él y podamos doblegarlo para que no nos separe de la misma forma.

Suena: Shadow Project - "Lying Deep"

Última llamada

Lección de poesía. (1)

La poesía intenta transmitir belleza. El lenguaje y las palabras son el afrodisíaco más potente. Podemos decir las cosas poéticamente:

Tu maldad esta noche
no me deja dormir.
Me atrapa entre las sábanas
y me desvela agitándome con falsas
promesas de un pasado que murió
sin apenas nacer.

Libérame de ti
o súmeme en tu pálpito
de carne, déjame naufragar
en la maldad que nace entre tus piernas,
reclámame
una contienda que no sé negarte.

O podemos decirlas de forma clara y directa, aunque sin gracia:

No puedo conciliar el sueño pensando en nuestra relación truncada. Follemos u olvidémonos el uno del otro.

Suena: Therion - "Dark Venus Persephone".

Vuelos nocturnos

Vuelvo de la redacción relativamente pronto, a eso de las once y media. Como Blackie está ocupando en el ordenador decido cenar en mi habitación. Pongo la tele y entre toda la porquería que emiten rescato El Pianista de Polanski, en TV3. El Pianista es una peli que me gustó mucho, aunque sea algo plana en su desarrollo. El protagonista va de mal en peor, pero se salva. Hay escenas muy conmovedoras, como aquella en la que el pianista avanza llorando hacia la cámara en mitad de una calle del ghetto desierta, o el plano general de las ruinas cuando abandona el hospital militar donde se escondía. Pero la mejor escena, para mí, es cuando es descubierto por un oficial nazi y al decirle que es pianista, éste le hace tocar para probarlo. Entonces, el protagonista interpreta el Nocturno en Do menor po. 48/1 de Chopin. Hemos de concederle a la película el que el piano de una casa abandonada esté afinado y que el pianista, tras más de un año de no tocar y estando en una condición física deplorable, no se equivoque ni una sola vez. Pero en ese momento, mientras suena Chopin, todo el dolor, todas las penalidades que ha sufrido él y su pueblo se ven reflejadas en la pieza.

No puedo ser imparcial con Chopin, la verdad es que me emociona hasta las lágrimas. Esta mañana he vuelto a coger la versión de Claudio Arrau de los Nocturnos que, aunque no es mi favorita, tiene impacto. Me estremecen esos violentos descensos por el teclado, esas acometidas tan duras que sólo los románticos se atrevieron a hacer -y no esos peleles barrocos de las pelucas-, esos momentos en que la melodía del piano se convierte en un hilo a punto de romperse. Con Chopin bajaría hasta el mismo infierno.

Los siete pecados capitales (demostración práctica)

Pereza. Ya lo haré mañana. Largo me lo fíais. Para qué darse prisa. Circular con el coche sin pasar la ITV, dejar para el último día todos los trámites. La historia de mi vida.

Lujuria. Míralas. En la tele, en la calle, en el trabajo. Cómo están. Qué ganas de echar un polvazo y qué pocas posibilidades. Con o sin amor, qué cojones, a estas alturas ya no importa. Bendito seas, Onán.

Envidia. Todos aquellos mediocres que estudiaron conmigo y ahora tienen un buen trabajo, ¡cabrones! ¡Cómo os odio! ¿Qué hicistéis mejor que yo para merecerlo? ¡Que os jodan!

Gula. Aunque me provoque problemas en casa, aunque después sean kilos difíciles de quitar, mierda, no puedo evitarlo. Me gusta demasiado picar, los helados, la repostería. Me doy asco.

Soberbia. Algún día, ya lo veréis todos, se me recordará por lo que he hecho. Soy consciente de que aspiro a alago que no es precisamente presentarse a OT. Hablo de ser recordado. Pero ese día llegará, y a lo veréis. Ese día me habré vengado.

Codicia. Tener una casa apartada, con una buhardilla donde poder contemplar las montañas a lo lejos -o al menos no ver a los inmundos vecinos-, o un búnker subtérráneo en el que desaparecer algunas temporadas. Sin tener que escuchar ruidos de vecinos hijos de puta. Un coche que me respondiera cuando le pido adelantar a un ciclista. Un lugar digno para todos mis libros. Un lugar para traer a mis amigos, donde poner viejos vinilos de jazz mientras bebemos una cervezay hablamos de los viejos tiempos.

Ira. ¡Cabrones! (todos). ¡Puta! (ella). ¡Eres un mierda! (yo mismo). ¡Dejadme solo! ¡Dejadme en paz! ¡Malditos bastardos hijos de puta! ¡Dejadme en paz todos!

Suena: Tool - "Pushit".

Apuntes rescatados de un rincón

A veces me pregunto por qué escribir. Primero es un fogonazo en la mente, una idea brillante, un concepto original, un personaje interesante. Te apresuras a esbozar la historia en cualquier papel. La vas ramificando y pronto en tu mente ha florecido como un almendro antes de primavera. Pero en ese justo momento, cuando has asistido al despliegue de todas las tramas, cuando has vivido la historia de principio a fin, has sentido en tu interior todos esos detalles en la omnisciencia que sólo un dios puede sentir, cuando, en fin, toda la historia ha sucedido ya dentro de ti, entonces deja de tener sentido; ya no hay por qué escribirla. La has imaginado y vivido. No tiene sentido re-presentarla.

Suena: Billie Holiday - The complete Columbia Recordings (1933-1944).

La cuenta, por favor.

Sin premios.
Sin amigos cerca.
Sin novia.
Sin vacaciones.

Preludios

Mi primer relato permanece inconcluso. Debía de tener unos diez años, lo escribí en la vieja Olivetti de mi padre. Se llamaba "El huevo frito", y era, por así decir, un spin-off de una serie de dibujos sobre una hormiga que me gustaba mucho. Recuerdo aún la sensación de tener en mis manos todo un universo que estaba a punto de ser creado, una experiencia de ser libre, de poder hacer lo que quisiera, de jugar a ser Dios, que aún puedo recordar y que me estremece.
Durante toda mi vida he escrito de todo, fueran diarios personales, fichas con la información de mis amigos, crónicas de lo que pasaba en clase... A los doce o trece escribí dos historias sobre unos hermanos que se convertían sin quererlo en investigadores de casos raros que pasaban a su alrededor. No recuerdo cómo se llamaban -aunque sí recuerdo el nombre de su pueblo, Piltown, que creía haber inventado, pero luego descubrí que existía realmente-, de lo que sí estoy seguro es que destruí el manuscrito. Este post y mi memoria son los únicos testigos de que alguna vez existieron esas historias.
En el limbo -o más bien debería decir, en la biblioteca de Lucien, en el territorio de Sueño- se encuentran todas esas narraciones que nunca concluí: la de un semielfo que tenía cierta enigmática misión más allá de dos montañas gemelas, la de unos gángsters que planean secuestrar a la hija del alcalde y uno de ellos se enamora de ella, la de un rebelde sin causa que le cuenta una historia a su novia sobre un suicida, la del fotógrafo coleccionista de instantáneas de suicidios... Y la mejor de todas, la de Azrael, el enterrador loco que habla con una de las calaveras que ha encontrado en el osario y que es extorsionado por unos matones locales.
Se me da bien empezar las cosas, pero no terminarlas.

Suena: Groundhogs - Thanks Christ for the Bomb.