31.12.10

Objetivos del año (interludio)

Decíamos en enero...
 · Avanzar, dejar listo o incluso publicar EJL3. Si todo va bien, EJL3 se publicará este 2011 antes del Saló de Barcelona.
 
· Acometer de verdad el segundo punto del año anterior, llevando una disciplina más férrea o esforzando mi constancia. Durante el verano sí que pude hacer algo más por este punto, pero durante el año, con el trabajo, el tener que escribir cada semana para el periódico, guionizar EJL, pensar en otros proyectos, mantener los blogs... Apenas he podido tener algún resultado neto. Lo seguiré probando este año.

· Quedar más frecuentemente con mis amigos. Esto queda como algo pendiente...
 
· Leer más. A pesar de que durante todo el año no me he prodigado mucho, en verano sí que pude disfrutar de un tiempo de lectura intensivo que me fue muy provechoso: conseguí bajar la pila de lecturas pendientes de forma considerable. Este año intentaré hacer lo mismo.
 
· ¡Hacer algo de ejercicio, joder! Esta también queda como tarea pendiente, porque no he sido capaz de hacer nada de ejercicio.

Objetivos para 2011:
· Sacar a la luz algún otro proyecto literario o de cómic, en solitario o con otros creadores.
· Ampliar mis horizontes profesionales y académicos.
· Cuidar bien de mi pareja.
· Atender a mis amistades. 
· ¡Hacer algo de ejercicio, joder!


Suena: Finntroll - Tiden Utan Tid.

11.10.10

El último vuelo del Fénix Negro (VIII)

A veces internet te da sorpresas. Uno nunca puede decir "de esta agua no beberé", está claro. Conocí a R. en el lugar más equívoco que podría darse. Y parecía imposible, pero entonces, como la luz del amanecer que uno no espera ya ver, algo se iluminó en nosotros.
R. era joven y bella, inteligente y sensible. Con un corazón enorme, la templanza, la paciencia y la capacidad de sacrificio que sólo pueden tener las personas buenas. Nuestra relación fue breve, de apenas unos meses, pero intensa, y la quise como sólo se quiere a esas personas especiales que uno se encuentra en el camino muy de cuando en cuando.
Siempre recordaré la única ocasión en que nos vimos. Recordaré esa llegada a un aeropuerto extraño, su figura esperando temerosa, sus hermosos dientes y sus hoyuelos al sonreír. Sus manos pequeñitas, su cuerpecito tembloroso, la triste despedida poco después en aquel mismo aeropuerto que me llevaba de vuelta a esta isla. Recordaré siempre los días que pasamos juntos y como nos besamos, nos besamos, y nos besamos.

Y sin embargo, ella parecía saber ya en ese momento que ésa sería la única ocasión en la que nos veríamos. Tenía razón.

Pero siempre mantendré lo que le dije.

No podía ser todo tan bonito, y, de hecho, no fueron nuestras desavenencias lo que nos separó. Fue algo superior, y por ello, en mí siempre, siempre, siempre quedará el desprecio (y hasta el odio, creo) por aquellas personas que la apartaron de mi lado.


Suena: Marissa Nadler - Rosary.

16.3.10

El último vuelo del Fénix Negro (VII)

De las relaciones sentimentales más o menos estables que he tenido, la que tuve con Ll. es la única en la que he podido tener un reencuentro cordial transcurrido el tiempo. Fue algo breve, hermoso e indefinido. Ll. fue lo único que me aportó Orkut, la protored social que Google adquirió hace tiempo y que fue un fracaso, pero cuyo devenir quizá abrió la puerta a éxitos como Facebook (ahora Orkut está abandonado como un barco que fue abordado por piratas y quedó a la deriva en un mar sin mareas). Allí la conocí y una cosa llevó a la otra. Recuerdo una conversación muy larga que tuvimos por teléfono, cuando tuvo que ir al médico de urgencias y no tenía nadie que la acompañara. Me encantaba su catalán con acento de Castelló, ese valenciano tan dulce y lleno de castellanismos. Ll. era toda júbilo y vitalidad, me reía muchísimo con ella. Ahora vuelvo a recordar esos viajes y me viene a la mente la timidez con la que nos vimos en el aeropuerto, la conversación nerviosa en el tren y en el metro, el titubeo a la hora de irnos a dormir en la minúscula cama de su piso. Pero lo que más recuerdo de ella es su eterna sonrisa, una sonrisa que me hechizaba por su persistencia. A veces le preguntaba por qué me sonreía tanto; ella no sabía la respuesta. Quizá era que, simplemente, era feliz. Me quiso regalar un dibujo que hizo, pero no lo acepté, pensé que era demasiado bonito como para quedármlo. En cambio, le pedí una foto que tenía en su habitación; en esa foto no podía tener más de dieciséis años, pero estaba preciosa. Aún la guardo en alguna parte. Ella se quedó con mi camiseta de Silver Surfer y a veces me decía que aún conservaba el olor que le recordaba a mí.
Con Ll. sospecho que no supimos amarnos a tiempo; ella estuvo enamorada de mí, pero cuando yo me di cuenta, ella ya no sentía lo mismo por mí. La última visita que le hice fue bastante fría, y el fin de nuestra relación fue algo abrupto y frustrante, porque simplemente cesó. Tuve tiempo para pensar qué había pasado, y llegué a esa conclusión: un lamentable caso de desincronización. Pero de ella -y de ello- ya hablé al principio de este blog en alguna ocasión, no es cuestión de repetirme.
Volví a ver a Ll. este verano. Estaba de paso por la isla y quedamos para tomar un café. Los dos, desde la perspectiva que da el tiempo, ambos con una nueva pareja, pudimos hablar sin rencores, sin recriminaciones. Había viajado, había madurado, estaba muy guapa. Fue bonito reencontrarnos así y poder hablar con tranquilidad y con buenos sentimientos de lo que ya es un capítulo cerrado de nuestra vida. Y brindar por aquellos días, the
beautiful bygone years.

Suena: Joan Manuel Serrat - Mediterráneo.

17.2.10

El último vuelo del Fénix Negro (VI)

Conocí a L. de la forma más accidental posible: en unas páginas de internet que nunca deberían haber existido. Como a otras chicas, la agregué para hablar con ella y poder entender aquello que para mí no era entendible, pero poco a poco algo cambió. Ella era distinta a las demás. Era una persona inteligente -no entendí nunca cómo había llegado a tener ese problema-, sensible, atractiva. Esas noches delante del monitor se alargaron cada vez más y más... Hasta que ya no hubo remedio. No me importó engañar a M. para verla: llegué a Madrid un día antes de lo previsto para estar con ella. Esa sensación de clandestinidad fue lo que me dio la vida en esos últimos meses en los que mi relación con M. agonizaba. [Todo aquello lo literaturicé en su momento (y con resultados que, más o menos, aún me satisfacen, cosa harto difícil) en otro blog del que nunca sabréis su dirección]. Pero, a pesar de que lo que compartí con L., de esa conexión profunda que teníamos en ciertos aspectos, era evidente que no estábamos hechos el uno para el otro. Poco después me comentó que había conocido a alguien en las fiestas de Málaga, sin acaso saber lo que yo había llegado a sentir por ella. Desde entonces ha ido apareciendo y desapareciendo de mi vida. Lo mejor de toda esa tormentosa relación, creo yo, fue esa noche en que fue mía, esa noche en que, por un breve espacio de tiempo, pude disfrutar aquel cuerpo sacado de un lienzo de Bouguereau, sólo para mí esa noche, y no del cornudo de su novio, que se tragaba dos películas en sesión contínua mientras nosotros hacíamos el amor por primera y última vez.

Suena: Stone Circle - Crystal Burial.

7.1.10

El último vuelo del Fénix Negro (V)

Terminaba tercero de BUP, íbamos a empezar COU. No sé ni cómo fue: empezamos a hablar en los descansos de las clases, en los patios. Hacía tres años que compartíamos aula, pero nunca me había fijado en ella, no al menos de esa manera. Además, ella le gustaba a C., y yo no le podía hacer eso a mi amigo. M. y yo éramos muy parecidos en el carácter, en la forma de entender la vida, en los gustos refinados. Ella era bajita, el pelo castaño y rizado, la risa delicada; culta, inteligente, jovial, tocaba el piano (otra Euterpe para mi lista)... No me di cuenta y ya me había enamorado de ella. Pero claro, había traicionado a C. Tuve un encontronazo con él en la puerta de mi casa: en una escena bastante melodramática, me advirtió muy seriamente (pensé por un momento que íbamos a pelearnos) de que la cuidara o su ira me arrasaría.
M. fue la primera chica que correspondió mi amor. Ese primer gran amor que crees que durará toda la vida, esa persona que crees que te complementa a la perfección, y que es el horizonte de todas tus expectativas.
El problema es que, para que eso funcione, el horizonte de expectativas debe ser común, y, con el tiempo, me di cuenta de que M. y yo no lo compartíamos. A la mitad de nuestra relación ella se marchó a estudiar fuera y eso fue lo que condenó nuestro destino. A saber qué vivió ella durante esos cuatro años, a quién conoció, a quién besó, qué maravillas vio en la gran capital que la convencieron de que esta isla no era suficientemente grande para ella. Me da igual, ya no lo quiero saber. Yo sellé nuestro destino cuando ya todo se iba al traste -estoy convencido de que ella ya lo había decidido antes- engañándola en una aventura que tampoco llevó a ninguna parte.

Estuve con M. más de siete años, y al final ella voló porque quería ser libre, porque su destino no estaba en este terruño. La quise como no había querido a nadie. Y sin embargo, cada vez que pienso en aquello no puedo evitar sentir un resentimiento tibio e hiriente.

Suena: Gwynbleidd - Canvas for departure.

2.1.10

Objetivos del año (interludio)

Decíamos en enero...

· Acometer de verdad el primer punto del año anterior [Abrir el mercado internacional para EJL. Sacar el segundo tomo a lo largo del año]. Objetivo conseguido: se ha publicado en inglés y ahora estamos persiguiendo dos posibles traducciones más. El segundo tomo apareció este verano.

· Conseguir echar a andar algún otro proyecto con cuerpo. Necesita mejorar. La verdad es que no he sido capaz de concentrarme lo suficiente en algunas ideas que tengo y a las que no soy capaz de dar cuerpo.

· Hacer algo de ejercicio, joder. Necesita mejorar. Aunque en cierto sentido, esto ha mejorado.

· Convencerme a mí mismo de disfrutar más de las amistades. Esto creo que sigue siendo una de mis asignaturas pendientes. Creo que tengo a mis amigos un poco abandonados.

· Darme cuenta, como he hecho este año, de cuándo estoy bien, y dar gracias por ello. Esto sí lo he hecho, y bastante conscientemente.

Objetivos para 2010:
· Avanzar, dejar listo o incluso publicar EJL3.
· Acometer de verdad el segundo punto del año anterior, llevando una disciplina más férrea o esforzando mi constancia.
· Quedar más frecuentemente con mis amigos.
· Leer más.
· ¡Hacer algo de ejercicio, joder!

Objetivos del año

Decíamos hace un año: · Dejar el tema académico . Centrarse en el cómic. Lo demás no tiene sentido. Publicar algo más de cómic. ¿Lo he c...