29.8.05

Distancias

Las distancias marcaron siempre mis relaciones sentimentales. Sophie siempre guardó una distancia entre nosotros que tras años había adquirido nombre propio: se llamaba Metrópolis. Cuando la volví a ver, fue en una fiesta de un amigo común, en una finca rústica en las afueras. La gente bebía y se divertía al compás de la música en la piscina, era pleno verano. Cuando vino a saludarme en topless fue la constatación definitiva de que había algo en todo aquello que no me gustaba nada. Aún menos me gustó cuando me dijo que había conseguido "neutralizar" una de esas distancias que nos separaron con un nuevo -como diría un amigo pintor- "fucking buddie".

Amelia era también distancia: distancias de boomerang, que iban y venían, distancias anímicas de acercamiento y de frialdad, y también distancias insalvables, no sólo físicas, como en todas las relaciones que había tenido, sino de costumbres. Apasionada e inteligente, algunas de esas distancias acabaron el trabajo que nunca empezamos. Esa oportunidad amagada pero no conseguida iba a perseguirme durante mucho tiempo, porque los afectos de alguien como yo no son huellas en la arena, sino más bien cinceladas en el bronce.

Lidia aguardaba en la distancia una aproximación que nunca sabíamos si iba a producirse; nos alejaban unos pocos mundos que se destruían cuando ella reía. Distancias como las que me separaban de Rizos, distancias que parecían circunstancias del destino para poner a prueba nuestra paciencia o simplemente nuestra ingenuidad. Distancias que siempre odiaré a muerte.


Suena: The Gathering - Souvenirs.

4 comentarios:

Ligeia dijo...

Puede que me equivoque con lo que he analizado pero lo que yo veo es que las distancias siempre las marcaban ellas en tu vida. Tal vez porque no sabes, tal vez porque temes que te hagan daño y prefieres que sean los otros los que decidan.

Pero recuerda que es TU VIDA y que has de ser tú quien decida las distancias en ella.

Saludos.

Cisne Negro dijo...

¿Lo de Bauhaus?

Edwin dijo...

Me encanta el concepto del "fucking buddie" por cruel, porque aunque es aparentemente banal y frívolo, es capaz de lastimar a terceros sin proponérselo. La distancia es el más terrible castigo para una relación, pues da por hecho que no sobrevivirá. Yo mismo he sido un "fucking buddie" pero no soy tan distante como quiero aparentar. Ahora estoy pensando que quiero algo más en serio pero ya me he hecho de una fama de "cabeza loca" y eso es negativo. No pienses en los amores que han pasado, sino concéntrate en el momento actual en miras de lo que ha de venir.

Te mando mucha luz.

Suena: "Don" - Miranda!

MacVamp dijo...

Ejem, no creo que las distancias sean crueles cuando hablamos de relaciones que han terminado. No acabo de comprender, así hayan estado rodeadas de buenos términos (las rupturas), por qué hay gente que insiste en seguir frecuentándose de una manera o de otra, usando la manoseada y poco valorada bandera de la supuesta amistad. Lo siento, pero yo soy de la Liga Anti-amistades-post-relaciones. Creo que en cierta medida, no te dejan crecer.

Ahora, en cuanto a lo que ha comentado Leigia, estoy de acuerdo con ella. A veces anteponemos nosotros mismos barreras, distancias, diques, cercas electrificadas, para que no nos dañen, pero también para no conocer y no tener la sensación de pérdida o de desilusión.

Anticipar las caídas y los dolores, creo que no nos permite vivir. Habrá que arriesgar un poco más cada vez, para que la exposición brusca o el acortamiento de distancias, no nos rompa como figuritas de cristal. Poco a poco, despacito y con buena letra :)

Un abrazo.

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