8.1.06

Secuencia de autodestrucción 01

En el fondo siempre vuelvo a caer en las mismas trampas. Preguntarse por qué todo es tan difícil, por qué me siento un desgraciado, por qué parece que mi destino es errar sin nunca encontrar un puerto en el que recalar. A veces quieres pensar que es porque no hay nadie, pero rapidamente te contestas eres tú, la felicidad debería estar dentro de ti y no algo exterior, a lo que aspirar, pero todo es en vano, te sientes abandonado en medio del desierto como en la canción de Brendan Perry, Medusa, me robaste la juventud, me abandonaste en los trópicos de la soledad y convertiste mi corazón en piedra. Porque vivir de las cenizas no es vivir, sino sobrevivir, es volver la cabeza y convertirse en sal como la esposa de Lot. A veces me ciega la ira, y un escalofrío recorre mi espalda; en ese momento me arrancaría la cabeza, atizaría el fuego y dejaría que se abrasaran todos mis pensamientos. Y aquí andas, mírate qué patético, sí lo sé, qué he conseguido en todos estos años, nada, una mierda de trabajo, una mierda de carrera, una hermana que no quiere que me acerque a ella. ¿Qué hice mal todos estos años, tan aborrecible soy para merecerme esto? Y sólo para purgar el tiempo de muerte escribo y escribo -hace tiempo que te diste cuenta que no es terapéutico, que no es literario, que no es nada: sí, en un momento de mi vida quise que la literatura entrara en mi vida, pero de forma literal, y no me di cuenta de que una cosa es la literatura y otra es la vida, que los cuentos tienen su fin y los poemas su estrofa final, pero la vida sigue; no nos preguntamos qué le pasó a los protagonistas de las películas de Woody Allen cuando termina lo que vimos en la pantalla, su vida es aquello, pero la vida real sigue después de todas esas mascaradas, y hay que afrontarla, y yo ya no quiero más literatura en mi vida, sólo quiero ser feliz y que me deje en paz la jodida poesía- sin ningún objetivo, sólo avanzar a la siguiente página, ver todas aquellas hojas garabateadas con el dolor del tiempo. Cuántas veces he deseado un trueque, por injusto que resultara, un cambio, un giro de este rumbo desastroso y desesperante, cuántas veces he querido olvidar que existía, borrar mi vida y no reconocer a nadie, pero esto no es una película, no hay justicia poética, no hay karma, no hay balanza cósmica ni otra puta mierda que restableza equilibrios o recalibre la balanza, la vida es así. Odio el teléfono, odio cada palabra que sale de la televisión, todas las canciones me recuerdan lo patético que resulto, que ando dando palos de ciego en medio de la nada. Y en el fondo sé que estoy y estaré solo, que soy tan fascinante al principio como aburrido resulto ser después, que no hay destino para mí sino la negrura, y es un camino que vas a tener que andar solo, porque has demostrado que tu inmovilidad te hace ser algo muerto, y nadie quiere a alguien muerto. No escribáis, no digáis nada, para hipócrita me basto yo mismo. Yo, el único, yo soy el rey y la nación y no hay nadie más aquí que yo. Estoy solo. Solo.

1 comentario:

azuldeblasto dijo...

Cernuda explica que

el poeta es un descontento, un inadaptado, aunque ese descontento no parezca consecuencia de injusticia humana o social, sufrida por él o vista por él sufrir a otros; en general aparece como consecuencia de un sentimiento inefable que caracteriza la actitud romántica [...] lo importante ahí es la inadaptación al mundo que indirectamente nos revelan [las palabras de Aleixandre sobre su obra...], el desacuerdo (sea cual sea su causa) con la sociedad, que mencionamos como sufrido por algunos de los poetas de la generación de 1925 y que llevó a los mismos a simpatizar con el movimiento superrealista.
[...En las palabras de Aleixandre] entrevemos la disponibilidad constante del poeta, disponibilidad que es consecuencia de la inadaptación primera: pues que nada le usa y todo le atrae, todo puede ser tema posible u ocupación de su vida.

Objetivos del año

Decíamos hace un año: · Dejar el tema académico . Centrarse en el cómic. Lo demás no tiene sentido. Publicar algo más de cómic. ¿Lo he c...