24.7.05

Decisiones

A H. siempre le costó decidirse. No sólo con las cosas triviales (¿Pongo este cd o aquél? ¿Helado de vainilla o chocolate? ¿Camiseta negra o granate?), sino también con las importantes. Con ésas, las dudas eran aún más terribles.
A H. siempre le costó decidirse, en el sentido de lanzarse a hacer algo. No sólo con las cosas triviales (Llamar por teléfono a un desconocido para solventar una duda, preguntarle a su abuelo cómo se encontraba cuando estaba enfermo), sino también con las importantes (como invitar a una chica a salir). En esas ocasiones, era como si, antes de poder hacerlo, chocara contra un muro invisible de hormigón que se lo impidiera.
En el trabajo, H. había conocido a tres chicas interesantes. La primera, N., era una morena apenas unos años mayor que él, inteligente, simpática y guapa. Aunque había algo -G. se lo había comentado y él estuvo de acuerdo- raro en ella, algo que no acababa de encajar y que no sabía lo que era. La segunda, S., era preciosa, tenía unos ojos azules hermosísimos y una figura envidiable. Era dulce como la miel, pero al cabo de poco H. se enteró de que tenía novio desde hacía unas semanas, que también era mala suerte. La tercera, A., más bajita, castaña, siempre con una sonrisa para quien hablara con ella, era un poco más accesible debido a que trabajaba más cerca de él, pero no estaba seguro de que un tío como él pudiera gustarle a una chica como ella.
La gracia de todo aquello era que, al trabajar la tres en el mismo sitio, al conocerse entre ellas, y al gustarle a él las tres, si le preguntaba a una para salir y le rechazaba... ¿no iban a sentirse las otras -como habitualmente se conoce esta situación- "segundo plato"? Es más. ¿A por quién ir primero? Por otro lado, ¿y si esas tres Gracias le habían entrado por la vista y nada más? ¿Qué era realmente lo que le gustaba de ellas? Como normalmente ocurre, la indecisión lleva a la inacción, así que H. finalmente dejó pasar todo aquello, esperando que los acontecimientos decidieran por él. Naturalmente, no lo hicieron.


Suena: Christian Death - Only Theatre of Pain.

2 comentarios:

Rorschach dijo...

Uufff, a mí tb me cuesta horrores arrancarme para hacer algo (una llamada para resolver un asunto, desplazarme a una tienda, visitar a un vecino o a otra persona para tratar algún tema...)

Pero, mmmm, pq H. no se deja de tantas preguntas y actúa? :p
No creo q sea tan dramático preguntarle a una persona con la q estás hablando si quiere seguir la conversación otro día tomando algo :) Na, q si se hace de buen rollito y sin mala fe no sé pq tendría q pasar nada.

Eso sí. Vamos a ponérselo más fácil a H. Q se olvide de la q tiene novio :p jejejee

Ligeia dijo...

Rorschach lo ha planteado de codo claro.

Si hace 8 meses me hubiesen planteado una situación (de auqlquier tipo) habría hecho lo mismo que tú, dejar que todo fuese como el Hado quisiera... sin embargo llegué a la concusión de que si dejas que todo lo demás decida por ti acabas estancandote... ¿te acuerdas de aquel anuncio que decía? Si no te mueves, caducas

Saludos

Objetivos del año

Decíamos hace un año: · Dejar el tema académico . Centrarse en el cómic. Lo demás no tiene sentido. Publicar algo más de cómic. ¿Lo he c...