Seguía andando. Oía ruidos detrás de él. En un recodo del camino, ya cerca de la superficie, había una pequeña cueva que quedaba oculta por una curva del sendero. Se escondió en ella y esperó. El rumor seguía oyéndose, pero nadie llegaba. Pasaron unas horas hasta que logró convencerse de que lo que ocurría realmente es que hay demasiado ruido en el infierno.
Suena: O Paradis - La tormenta.
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