Mientras, superficialmente, Rimbaud, se interesaba por la blasfemia y la obscenidad y su vida cotidiana era todo lo disoluta que sus humildes circunstancias le permitían, en lo más hondo de su ser buscaba algún medio para escapar a un mundo que le asqueaba; buscaba algún ideal en el que perderse y que le permitiera olvidarse de una realidad cuyas exigencias era incapaz de aceptar; buscaba algo que se apoderase de él y lo sacara de sí mismo, algo que iluminara todo repentinamente y llenara de significadola miseria que le rodeaba, algo incluso, que justificara la necesidad de esa miseria y le permitiese extraer oro del cieno.
Enid Starkie, Arthur Rimbaud
No hay comentarios:
Publicar un comentario