Imaginad una sala oscura. Un piano de cola. Una mujer vampiro. Las notas son tenebrosas, disonantes, caóticas: a veces son como una morena cantando soul, a veces parecen un cuchillo raspando marfil. Son como la medianoche en las calles de Praga. Como el crematorio de un campo de concentración. Como el llanto de unas ancianas recibiendo un ataúd en las playas de Sicilia. Como atravesar el túnel del canal de La Mancha a toda velocidad en un deportivo. Como el gato que esquiva la muerte en la autopista por unos segundos. Como la suprema desintegración del ser en el orgasmo de una mujer. Como la noche de invierno que cae sobre nosotros y devora nuestra memoria. Cuando la experiencia se hace música, Orfeo ya no es necesario.
Suena: Diamanda Galas - La Serpenta Canta.
Suena: Diamanda Galas - La Serpenta Canta.
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