Después de dos meses de terminar el trabajo en la redacción. Hace poco lo comentaba con alguien: estoy contento de poder echar la vista atrás y poder decir, joder, por fin van bien las cosas. Desde 2007, aproximadamente, las cosas han empezado a funcionar mejor. El cómic ha tenido bastante que ver en ello, creo yo, permitiéndome viajar un poco más, conocer gente, contactar con otros autores... Después de años y años de mierda, por unas cosas u otras, es hora de sentirse feliz por un rato. Joder.
El verano pasado descubrí que lo que realmente me apasiona es dar clases. Alguna vez he hablado aquí de esto, cuán importante es el proceso de aprendizaje de los chicos y cómo podemos marcar la diferencia. Después de terminar un curso especialmente duro vi que lo que quería era seguir dando clases, y no soportar horarios de mierda, que no permiten días de descanso, corrigiendo fallos de otros. El despido llegó en el mejor momento. Causalidad, quizá. (De todas maneras, me enteré ayer de que planea en el periódico una congelación de sueldo de varios años, o más despidos. Parece que no voy a ser el único que va a cambiar de hábitos). Sigo publicando mi página de crítica, por lo que he conseguido lo que quería del diario, y no quiero más.
En el plano emocional, he llegado a la conclusión de que es futil seguir "buscando". Seguramente porque, tras años de soledad forzosa, empiezo a sentirme cómodo. tal como estoy. Siempre pensé que era una persona hecha para vivir en pareja, pero no menos cierto es que siempre he apreciado a estar solo. Desde pequeño. Era cosa de terminar sumando dos y dos. Seguro que también se le puede sacar el provecho a esto.
El último cambio lo he vivido en el apartado inmobiliario. Ahora vivo de nuevo en Palma, en mi viejo y humilde barrio, un poquito más cerca de los amigos de siempre, intentando hacer un poco mía esta planta baja de la familia, grande y fría como corresponde a una casa construida hace más de medio siglo. También este nuevo reto, el de la soledad ahora autodependiente, me anima a seguir adelante.
En resumen, tengo más tiempo y más libertad. Eso no quiere decir que lo aproveche, pero sentirlo es fantástico.
Suena: Amber Asylum - Volcano Suite.
El verano pasado descubrí que lo que realmente me apasiona es dar clases. Alguna vez he hablado aquí de esto, cuán importante es el proceso de aprendizaje de los chicos y cómo podemos marcar la diferencia. Después de terminar un curso especialmente duro vi que lo que quería era seguir dando clases, y no soportar horarios de mierda, que no permiten días de descanso, corrigiendo fallos de otros. El despido llegó en el mejor momento. Causalidad, quizá. (De todas maneras, me enteré ayer de que planea en el periódico una congelación de sueldo de varios años, o más despidos. Parece que no voy a ser el único que va a cambiar de hábitos). Sigo publicando mi página de crítica, por lo que he conseguido lo que quería del diario, y no quiero más.
En el plano emocional, he llegado a la conclusión de que es futil seguir "buscando". Seguramente porque, tras años de soledad forzosa, empiezo a sentirme cómodo. tal como estoy. Siempre pensé que era una persona hecha para vivir en pareja, pero no menos cierto es que siempre he apreciado a estar solo. Desde pequeño. Era cosa de terminar sumando dos y dos. Seguro que también se le puede sacar el provecho a esto.
El último cambio lo he vivido en el apartado inmobiliario. Ahora vivo de nuevo en Palma, en mi viejo y humilde barrio, un poquito más cerca de los amigos de siempre, intentando hacer un poco mía esta planta baja de la familia, grande y fría como corresponde a una casa construida hace más de medio siglo. También este nuevo reto, el de la soledad ahora autodependiente, me anima a seguir adelante.
En resumen, tengo más tiempo y más libertad. Eso no quiere decir que lo aproveche, pero sentirlo es fantástico.
Suena: Amber Asylum - Volcano Suite.
